La hija era culpable y su padre le prohibía usar artilugios. ¿Pero qué hombre puede resistirse a que le chupen la polla? Ningún hombre. Y esta zorra enseguida cogió el toro por los cuernos, o más bien por la pimienta. Y eso fue todo: la voluntad de rigor de mi padre se desvaneció de inmediato y se la entregó como a una vulgar puta. Por otro lado, todo salió bien. Ahora puede follarse a esa zorra siempre que quiera.
¡Encontrarse con tres chicas calientes en una piscina es una gran suerte! Cada una de ellas quiere parecer la mejor hembra. Y para sacar conclusiones, hay que follárselas a todas. ¡Parece que el afortunado ha estado en un cuento de hadas!